1. Antes de tener un gatito
¿Estás seguro que quieres un gato? ¿Seguro, seguro, seguro? Comprar una mascota no es como comprarte una mochila nueva al iniciar el ciclo escolar. Es un ser vivo que requiere de alimentación especial, espacio, atención médica, cuidados, cariño y muchísimo tiempo de tu parte.
Toda tu familia tiene que estar de acuerdo en tener un nuevo integrante en casa porque todos deberán ayudar en su cuidado.
Puedes conseguir un gatito en los refugios para animales, de manera gratuita o dejando un donativo. Algunas clínicas veterinarias también regalan gatitos a quien se haga cargo de ellos. Puedes también comprar uno de una raza en especial, ya sea con los criadores de gatos o en algunas tiendas de mascotas.
2. Así son
Los gatos son muy diferentes a los perros, pero igual son adorables. De hecho hay gente que los prefiere como sus mascotas. La mayoría son independientes y muy limpios. Pueden salir a la calle sin perderse y regresar a casa a que los acaricies, pero cuando ellos lo decidan. Son excelentes ahuyentadores de ratones y les encanta cazar cualquier bicho que se atreva a meter a casa. Esto no quiere decir que sea bueno; algunos bichos los pueden enfermar si se los comen. Lo que sucede es que hacer eso les encanta y no lo pueden evitar. Son muy apegados a la casa en donde habitan y les asusta cualquier clase de cambio. Son precavidos y muy curiosos. ¿No has oído eso de que la curiosidad mató al gato?
Si los mantienes bien alimentados y vacunados pueden vivir mucho tiempo a tu lado.
3. Limpieza
Los gatos son seres muy limpios. Ellos solos se acicalan el pelo con su lengua para verse muy guapos siempre. Puedes bañar a tu gato si lo necesita, solamente que deberás acostumbrarlo desde pequeño. A los gatos no les gusta el agua y te podrían lastimar seriamente con tal de escaparse. Si tu gato no está acostumbrado al baño y éste es necesario, te aconsejo que lo lleves a que lo bañen en una clínica veterinaria.
4. El arenero
Los gatos son tan listos que aprenden solos dónde es el baño. Si les colocas una bandeja con arena especial para gatos (hay de muchas marcas) ellos solitos harán ahí sus necesidades. Si tienes un gato macho, cástralo de pequeño; los gatos machos adultos sin castrar se podrían orinar por toda tu casa para marcar su territorio.
5. Las uñas
Los gatos se afilan las uñas en donde puedan. En casa lo hacen en los sillones o en las camas. Cómprale un afilador para uñas (los venden en las tiendas de mascotas) para que no destruya los muebles de tu casa y córtale las uñas con frecuencia. Pídele al veterinario que te enseñe a cortárselas o llévalo a que se las corte con regularidad. Algunas personas les quitan las uñas a sus gatos de manera definitiva. Esta práctica los deja indefensos ya que las uñas son su principal arma, por lo que no te recomendamos que lo hagas.
6. El pelo
Si tu gato tiene el pelo largo, es probable que tengas que cepillarlo por lo menos una vez por semana para evitar que se le formen nudos. Si dejas que se le formen, acabarás por llevarlo al veterinario para que lo rasuren.
Los gatos al acicalarse se tragan el pelo. La mayoría de los gatos vomitan el pelo después de unas horas. Algunos pueden enfermarse porque el pelo les puede obstruir el intestino. Para estos gatos existe un alimento especial que evita que se le formen estas bolas de pelo en el intestino. Esto también le puede pasar a los gatos de pelo corto pero es menos común.